11 jul 2010

Diplomática cordura



A riesgo de parecer indiscreto, puedo asegurar que mi relación con la cordura cada vez es más diplomática.


Y de no ser así ya habría sucumbido.


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Que he llegado al punto justo donde nuestros caminos ya se han desencontrado varias veces. Que el mío todavía se está labrando, y va para largo. Que siempre preferiré hacerle caso a la veleta, por raros que parezcan a veces los vientos. Que, por eso mismo, nunca encontraré dónde. Que habéis asesinado lo que tenía valor. Y que por ello, cuesta a veces apreciarlo.


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Quizá se estén sentando las bases, y os empeñáis en hacer caso omiso. Pesa mucho ser juez, fiscal y abogado imparcial de todo un cuento que nadie quiere dar por cierto. Por eso a día de hoy, aquí y ahora, firmo el tratado declarando que estoy de acuerdo en todo; absolutamente todo.

3 comentarios:

  1. En realidad, en un día como hoy, esperaba un arrebato rojigualdo (la ocasión lo merecía) pero, pensándolo bien, prefiero las banderas que se despliegan hacia adentro. No es en absoluto mal pacto con la realidad dejar que lo invada todo menos el espacio interior. Y sonreir, mientras tanto...

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  2. Lo más cuerdo (y cómodo) es "parecer" absolutamente cuerdo...

    Una madrina intentando entender

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