21 dic 2010

Ahí, aquí, en tu negra cueva.


Ni buscar, ni esconder, ni huir, ni hallar, ni intentar, ni saber, ni esperar, ni ser. No buscar, no esconderte, no huir, no hallarte, no intentar, no saber, no esperarte, no ser.


En esta maraña de lazos molestos, conviene esconderse. Te entiendo. Ahí, bajo el negro de tu cueva se debe estar bien; a salvo, como ausente. Parece como si de vez en cuando quisieras salir, y de repente bosquejo tu mano o tu pie, pero vuelves a esconderte rápidamente. Apenas si me da tiempo a distinguir qué era…


Hace dos días que no te veo nada, hace dos días que ni siquiera sé si sigues bajo tu techo, hace dos días que faltas. Dime si puedo intentar entrar, quiero saber quién eres. Hace dos días que no sabes quién eres. Hace dos días que no sabes ni qué quieres, ni si sacar la mano o la cabeza entera; y te sería totalmente indiferente, porque acabas de perder tu ser. Habrás crecido o no. No te reconoces ni la voz, ¿verdad? ¿Sabes hablar? No sabes andar. ¿A que también se te está olvidando? ¿Palabras? ¿Sabes escuchar? ¿Qué respondes? No sabes nada. Hace dos días que no sabes nada.

27 nov 2010

and that's why...


... Lo es todo

Lo reclamamos

Lo necesitamos

Lo soñamos

Lo queremos mejor

Lo gestionamos a nuestro antojo...

Puede ser todo o nada

Provechoso o inútil

Fructífero o estéril

Completo o parcial

Maravilloso o fatídico

Decisivo o irrelevante

Compartido o a solas

Lo disfrutamos o queremos que corra rápido

Mejor saborearlo sabiendo que sólo hay uno.


_el tiempo_o lo que tú quieras que sea_


* Escrito por Teresa Suárez, periodista en inminente cambio del bloC 1.0 al bloG 2.0

14 sept 2010

BB

Elliot Erwitt

Lo que divisa la paloma con cierto enojo,
que no es otra cosa que una semejante,
que pasa,
pasa y no mira.


Y que la primera no se explica
cómo pudo ella
alguna vez haberle dado
su loto
a la otra, que no mira.


Impasible, como poco afectada
como histriónica,
como si de un teatro se tratase,
pasaba la otra, que ni mira.


22 ago 2010

Damas de marrón no, gracias.


¿Van a seguir ahí, así, mucho tiempo, verdad? Díganmelo.


Les he dicho mil veces que no compartimos centro, pero es que ni siquiera nuestras esferas se rozan. Y contra eso, poca cosa: usted ahí; yo aquí.


Las damas de rojo seguían así, ahí, todo el rato, y sin decir nada, o sin nada que decir. ¿Qué ve usted? – le digo. Y con su respuesta hallé su radio, igual a poco más que su etérea vida, de perspectiva forzada y ambigua. Una billetera por montera y dos hipotecas de por vida; esto es, una indigestión por mi parte. Que no puedo.


Contrariamente, soy verde, y mi radio creciente, y más ahora que se avecina Septiembre. ¿Qué ve usted? – me dices. Veo tantas cosas… Añil tejido sobre tela de lienzo, en sinfonía con su conjunto. Y, a coro, una pareja feliz y una fachada decadente como telón… Verde y rojo… ¡puff! Mejor me voy. Vámonos.


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A usted, le conozco muy bien. Demasiado bien, y piensa que su vestido rojo es bonito. Y que, por eso, es alguien; y que, por eso, vive. Y le diré que no es así, como lo vengo haciendo unos casi veinte años: que usted no vive, ni es nada de lo que piensa. Es algo, llámalo vapor. , entendida, ¿ya sabes qué pasa con el vapor, no? [Y lo peor, que a la hora de las farolas, todos somos iguales, lo cual me irrita y me produce la peor de las impotencias; a la par que me calma y me produce la más serena de las serenidades.] El vapor es telúrico-reincidente, ni piedra ni gas noble: untrustworthy.


En los bailes de la corte del XVIII nunca permití, como esteta, que se mezclaran damas de verde y rojo. Y sus faldones jamás se rozaron. Y así sea.

11 jul 2010

Diplomática cordura



A riesgo de parecer indiscreto, puedo asegurar que mi relación con la cordura cada vez es más diplomática.


Y de no ser así ya habría sucumbido.


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Que he llegado al punto justo donde nuestros caminos ya se han desencontrado varias veces. Que el mío todavía se está labrando, y va para largo. Que siempre preferiré hacerle caso a la veleta, por raros que parezcan a veces los vientos. Que, por eso mismo, nunca encontraré dónde. Que habéis asesinado lo que tenía valor. Y que por ello, cuesta a veces apreciarlo.


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Quizá se estén sentando las bases, y os empeñáis en hacer caso omiso. Pesa mucho ser juez, fiscal y abogado imparcial de todo un cuento que nadie quiere dar por cierto. Por eso a día de hoy, aquí y ahora, firmo el tratado declarando que estoy de acuerdo en todo; absolutamente todo.

20 jun 2010

How to quit



…Creo recordar que no solía quedarme mirando a un punto fijo más de un minuto, ni que se me erizase el pelo al ver la sonrisa de una niña, ni entusiasmarme frente a una tela pintada y sin marco de roble. Nunca me había puesto nervioso hablando contigo, ni había vuelto a casa con una extraña sensación tras una preciosa tarde. Por primera vez he pensado de dónde sopla el viento hoy, me he parado a escuchar la ciudad sin que me moleste y he bosquejado frases en el surco de las losas. He olido a jengibre y he conseguido saber algo más de ese 10% que respira sobre el agua helada.


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Aquel chico se lo había propuesto. Sabía a ciencia cierta que era más [mucho más] que una proposición y que lo conseguiría. Solo necesitaba ese empujón que a veces nadie quiere dar, y que suele delegar en el menos indicado. Pero bueno, allí estaba la artillería pesada, un cargamento de palabras dispuesto a derrumbar lo que, de no ser derrumbado a tiempo, tergiversaría en algo nada decoroso: “A veces, chico, los sueños no se cumplen.” La conversación se detuvo por unos minutos. [He went blank]. Después, contestó muy seguro: “Pues sepa de buena mano que el mío sí se cumplirá.”


En esos minutos recorrió con la mente un gran bulevar en toda su superficie [incluyendo árboles], dos o tres avenidas y algunas calles. Todo para volver, de nuevo, al mismo punto.


A veces el sueño sí cabe en la vida. No sabemos nada sobre lo que estamos haciendo ni por qué. Y poco vamos a conseguir gastando nuestros esfuerzos en intentar resolver todo esto en vez de asentir sin más. Es el primer día de verano and it will be lost in time too… To get it over.



** Foto de Robinm.

6 may 2010

Little earthworm


Inciertos son los vientos que azotan ahora esta barca. Ignotos, sin norte, fríos a veces y cálidos otras, fuertes, veloces, vanos, necios, callados, pueriles quizá. Vientos que tratan de borrar el gesto aterrado de un iluso, obseso y enfermo ser. Pequeño, respira. Levántate, camina, respira y camina, hombre.

Era consciente de que sobrevivía en la suerte que ofrecen los raíles del tren. Se derrama en las mañanas, su hálito se convertía en banda sonora, sus horas en los pasos insaciables de Saturno hacia un hijo: fatídico pesar; estaba siendo castigado por nada, hipotecándolo todo y condenando lo más valioso que quizás tuviera. No le aterraba la desposesión del trono, sino su propia y poco suficiente incapacidad. Hilar con una rueca cuya polea era muda, ¿qué?: Learned helplessness… Da de lado tu repelente esfera negra almohadillada, licua el aire y nada.


Tú, pequeño, alza las piernas… desde aquí todo se ve grande, ya que soy lombriz de tierra. No te quedes en el arranque; arranca, sube, peldaños arriba, el descansillo, sigue, descolcha, quita el moho, barre, vislumbra el fanal, corre, disfruta, vive, llega, tócalo, llega… luego, si quieres, baja. Tranquilo, pequeño.

29 mar 2010

Let her play


“Lo inesperado siempre nos acecha. Y de todos los regalos expuestos ante mí, ése pensamiento en este momento de mi vida es el más precioso… Y así, volvemos a empezar.”


Gente que piensa que el amor es sólo un invento de mamá natura, en su intento de hacer perpetuar la especie (y aquí nos venimos quedando algo antiguos). También gente que cree que es el disfraz perfecto de algo ensuciado por la tradición, que se llama sexo. Y, por supuesto, quien está convencido de que es lo único; la máxima fuerza que mueve todo; objeto dador de sentido y con sentido en sí mismo, como un neo-dios, vamos. Habrá quien diga que es una putada. Y otros que lo pronuncien aún con más blasfemia. Habrá quienes lo disfruten con antifaz, y quienes se recreen en él para desechar de sí mismos todo el lastre de una vida. Habrá quienes ya hayan perdido la esperanza, y quienes se merezcan haberla perdido. Puede que más de uno diga que es un cuento chino, una historia repelente nacida del coito entre Disney y el Corte Inglés. Rollo idealista platónico, media naranja y mariposas de colores. Habrá quienes lo hayan sabido encontrar en una persona, una guitarra, un perro, un tenedor o una gramola. Y que lo hayan confundido insanamente con la obsesión. También quien aún no lo haya experimentado, o sí, pero no se haya dado cuenta, o no haya sabido darse cuenta. Habrá quienes ni siquiera lo tengan claro y quienes lo reinventan a su modo.


Puede que se esconda tras una llamada, un anuncio de trabajo, un café o un partido de tenis… Quizá sea en el amor donde la estupidez humana alcance su evohé, y donde nuestra propia condición se autodeclare como re-insuficiente; también donde afloren nuestros miedos, o nuestras mayores aspiraciones. Lo cierto es que hay mucho escrito, bailado, rodado, cantado, pintado… y lo incierto es todo; y sin embargo, amor.

18 mar 2010

Hoy, no escribo yo.



Estoy en un espacio incierto,

En la cavidad de tu boca cuando decides retarme con tu hálito.

Hablamos francés por las noches para no entender nuestros enfados.

Odiamos a los vecinos, pero hemos aprendido a sonreír (les).

Me gusta despertarme por las noches y darte un beso.

Y ver que no te das cuenta pero, al mismo tiempo, por inercia, me coges del brazo y me aprietas.

Odio que me enseñes tu belleza porque sé que la combinación de nuestros cromosomas nunca podrá conseguir unos ojos como los tuyos.

La belleza entre sábanas blancas se transparenta, pero a ti no te importa.

El sonido de tu ducha de las siete es lo único que me hace despertar.
La mampara del baño debe tener un contrato contigo, y ojalá que sea vitalicio.

Déjame notas escondidas y un plano para buscarte. Un rincón en la almohada con tres cosas tuyas.

Déjame un silencio que hable y una palabra que no diga nada.

Un punto suspensivo y tres frases hechas que nos hagan entrar en cólera para luego volver a empezar.

Dame una mañana y cinco minutos.


*Gracias, amiga.

3 mar 2010

Cuaderno de Viaje I


Una cruz que produce vino, y los pies sangrando. Don Quijote giraba sobre un eje, perseguido por un parque eólico. Clavículas en los árboles. Pechos emborrachados, sin sal. Mañanas precipitadas sin desayunos precipitosos. Segóbriga en auge, con Roma en apogeo. Verdes haciendo el amor con marrones. Marrones ultrajados por rosas: almendros en flor. Una calzadilla a las nubes. Venas y arterias que conectan vidas, experiencia, sueños con amor; ejemplos a lo sumo. Su historia. La del arte. Una fachada irregular y destintada. Costuras descosidas fortuitas, sugerentes. Balas de paja rodando. Ella me da la mano, me la quita… me la ha vuelto a dar.


Terapias sobrellevadas sin más.


Han arañado los cuadros, y esa casa ya no cuelga. Ahora copio, es decir, cito, es decir, un texto, es decir, precioso, es decir, de autora cuyo nombre no recuerdo:


ahora corta surca raya ahora cose y

haz ojales por el haz da puntadas

borda espina clava cinta ¡el alfiler!

tensa tensa y apuntala pum pum

clava clavo alambre espina calla calle

esquina doblas ¿ves? doblas la espina

magritte ¡zas! ¿qué ves? ¿cara o velo?

rostro hueco nadie oval vélo velo

blanco velo negro boda luto gasa

encaje tul quién eres tú para

hurgar en la herida cruzarte la

cara ponerte donde el haz el

envés toma nota apunta puntea

pespuntea y apuntala un enjambre

de alambre haz ojales por el haz

¡ojo! caja mortaja cal y grafía vélo

por delante y por detrás vélo

misterio del velo del derecho y

del revés ¿no ves? ven y ponte

aquí para verlo ponte pestañas

transoceánicas para salir esta noche

Au revoir, Alehop


Llueve sobre mí. Dulce. De mayo. De olvido.


Ojalá pudiera enfundar el tenedor (ese que me persigue) y clarvárselo a la carretera (esa sobre la que camino), hasta que se retorciera, sangrara y desapareciera, tan solo dejando su antiguo surco. Unos zapatos nuevos, y empezar a caminar “de una vez por todas y en paz y basta.”


En un flash aparece un cardiograma tremendamente caótico, que no habla más que de capilares reventados que culminan en un fatídico infarto. Ha sonado un platillazo, bien sea por gloria o lo contrario. Yo también pienso que es positivo. Un travelling que viaja y termina, por suerte, rápido.


Ahora sólo puedo echarme las manos a la cabeza cuando me hablan de las letras escritas sobre las patas de una araña que regenta el trono de una retorcida reina. Una sombra felina que se proyecta sobre un muro de contención de lo que aconteció en un sitio poco común, un año poco común, cuando un chaparrón poco común lo inundó. 2009 es agua de lluvia ya muy pasada, que no ha sido más que el pretexto de una historia que está por contar; un río que se está haciendo a sí mismo, sin desbordar. De olvido, pero a la vez no; dulce, en mayo... Literatura en vida, o vida en literatura: ahora… sólo literatura.

12 feb 2010

No solo hay grises, pero también.


“La vida, como un comentario de otra cosa que no alcanzamos, y que está ahí, al alcance del salto que no damos.

La vida, un ballet sobre un tema histórico, una historia sobre un hecho vivido, un hecho vivido sobre un hecho real.

La vida, fotografía del número, posesión en las tinieblas (¿mujer, monstruo?), la vida, proxeneta de la muerte, espléndida baraja, tarot de claves olvidadas que unas manos gotosas rebajan a un triste solitario." Rayuela. Capítulo 104.



Hay días que, por vastas que sean nuestras ganas, no piensan ir bien; y días que, por indiferencia o supremacía del positivismo, piensan pasar a la propia historia de nuestros días.



"Las vidas que terminan como los artículos literarios de periódicos

que en los momentos vacíos, como los de aquel último año

y revistas, tan fastuosos en la primera plana y rematando

tan oscuro en mi retina como puede parecer a cualquiera

en una cola desvaída, allá por la página treinta y dos, entre avisos

que esté bastante alejado de las conciencias vitalistas,

de remate y tubos de dentífrico." Rayuela. Capítulo 85 (no del todo)



No he volcado aquí ningún tipo de negativo ni positivo. Si bien nunca pretendo hacerlo, el lector siempre acostumbra a llevarlo a uno de ambos bandos, normalmente algo muy alejado de lo que percibo (lo que me suscita tremendas claves sobre su estado, pienso). Quiero decir, si vas a una mercería (medio qué) puedes observar la cantidad de matices de hilos que hay, si algo entiendes de música sabrás que ésta no se formula entre el fuerte y el piano, sino que hay una enorme gama de matices, nuevamente. Así, en todo. Pues eso, matices. Matiza.



"Rebelión, conformismo, angustia, alimentos terrestres, todas las dicotomías: el Yin y el Yan, la contemplación o la Tatigkeit, avena arrollada o perdides faisandées, Lascaux o Mathieu, qué hamaca de palabras, qué dialéctica de bolsillo con tormentas en piyama y cataclismos de living room. El solo hecho de interrogarse sobre la posible elección vicia y enturbia lo elegible. Que sí, que no, que en ésta está... Parecería que una elección no puede ser dialéctica, que su planteo la empobrece, es decir la falsea, es decir la transforma en otra cosa. Entre el Yin y el Yan, ¿cuántos eones?. Del sí al no, ¿cuántos quizá? Todo es escritura, es decir fábula. ¿Pero de qué nos sirve la verdad que tranquiliza al propietario honesto? Nuestra verdad posible tiene que ser invención, es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo. Los valores, turas, la santidad, una tura, la sociedad, una tura, el amor, pura tura, la belleza, tura de turas. (...) el sí sin el no, o el no sin el sí, el día sin Manes, sin Ormuz o Arimán, de una vez por todas y en paz y basta." Rayuela. Capítulo 73.



La ruptura de la dicotomía es un gran asunto, a resolver. Hay que ir a la mercería y encargar unos metros de lazo, para hacer que las orillas converjan en un enorme pangea, asumible y en otro plano, elevado sobre nuestras cabezas (las de ahora).

18 ene 2010

Lo que da de sí un 'paseíto'...


Avanzo, a paso lento, por una Avenida. Tráfico de luces y espectáculo, ruido de gente en los pasos de peatones, y, ahora, calles estrechas. Calles estrechas frescas a sol y sombra, albero y grana (que no es que defienda la combinación, pero es lo que hay). Frescas porque para ello están hechas. Sevilla es más bien ‘abrigaíta’.

Admiraba la pasividad del personal, lo jovial de lo colectivo, y el encanto de las vidas perdidas. La memoria históricopersonal de cuanto acontece en una ciudad, y a sus cohabitantes. Reconocer que uno es el primer sujeto objeto de marketing de iPods y productos que alientan a cualquiera en paradas de autobuses, mientras las señoras comentan el tiempo que tarda en llegar el 6. "¡Pero bueno, no hay derecho!"

No entiendo muy bien vuestras modas, y creo que nunca llegaré a entenderlas. Quisiera que la sinceridad fuera un plato de buen gusto, aunque se sirviera frío (al menos una tapita). No me someto a ningún tercer grado, porque mi mente es lenta, se agobia y entra en cólera; y poque está hecha para abrir y no saber ni poder cerrar muchas preguntas.

Me he dado cuenta de que me estresan las prisas, las carreras a destiempo, las malas miradas, las actitudes pre-aprendidas, el "¿Qué passha, cabessha?"… "Po ná, aquí meando un rato iyo… ", las modas que nacen de lo más profundo de lo absurdo. Parece que hay todo un cajón desastre inmenso hecho de madera de pino vieja y titulado "Formas de Actuar. En caso de… "Me lamento de la debilidad, por mí y por todos mis compañeros; me cansa todo lo que se aleje de una realidad que puede llegar a ser comprendida por sí y en sí misma. Me llenan pocas cosas:

Siempre pensé que verlo todo tras un objetivo no es mala idea. Las artes, si las puedo llegar a definir de alguna manera, más allá de ser ‘la mayor expresión real del alma que desea ser escuchada’, las entiendo como la herramienta óptima que te permite recrear una realidad nueva según unas convicciones, ideas, experiencia, aspiraciones. Esto me ayuda. Se puede definir un nuevo perfil. Cambiar el "lightning" de la ciudad a tu antojo, mover a la gente si quieres, hacer que se callen con el simple hecho de la foto fija e imponerte como creador, como observador o como participante compartido del juego.

La crisis de los 20 es inminente, y esto no ha hecho más que empezar. Acabo de salir de casa…